El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo el martes que está considerando mantener en funcionamiento las últimas tres centrales nucleares aún activas en Alemania, que estaba previsto que fueran clausuradas el próximo diciembre. De confirmarse, el aplazamiento del cierre de las plantas sería otra medida de emergencia anunciada por Alemania en sus políticas energéticas, vinculada a los recortes en los envíos de gas desde Rusia, de la que Alemania depende mucho.
Scholz se mantuvo bastante vago, sin dar muchos detalles sobre cuánto pretende retrasar el desmantelamiento de los tres reactores nucleares aún activos en el país, o sobre cuán concreta e inminente podría ser una posible decisión: solo dijo que “puede tener sentido ” para mantener las instalaciones abiertas.
Durante la última década, impulsada principalmente por los debates sobre seguridad provocados por el desastre de Fukushima, Alemania ha intentado independizarse por completo de la energía nuclear.
Antes de la decisión de desmantelarlos, había 17 reactores nucleares en Alemania, de los cuales el país obtenía alrededor de una cuarta parte de su propia electricidad. El plan era desmantelarlos todos para 2022, y solo quedaban tres, los que Scholz sugirió que podría mantener activos y de los cuales Alemania obtiene alrededor del 6% de su electricidad.
Otro revés de Alemania en sus políticas energéticas fue, hace aproximadamente un mes, la decisión de reabrir algunas centrales a carbón que habían sido desactivadas: una medida que contradecía las metas climáticas del país, que apuntan a eliminar, para 2030, el uso del carbón. , el combustible que provoca las mayores emisiones de dióxido de carbono, el principal gas responsable del cambio climático.
Todas estas decisiones se deben principalmente a que, con el inicio de la invasión de Ucrania, Rusia está utilizando el suministro de gas como palanca para lograr reducciones en las sanciones económicas impuestas por los gobiernos occidentales. Entre otras cosas, en las últimas semanas Rusia había suspendido la actividad del gasoducto Nord Stream 1, el que lleva el gas natural a Alemania y de allí al resto de Europa, teóricamente por unos trabajos de mantenimiento. Luego, el oleoducto reanudó su operación, pero con caudales mucho más bajos que antes, que actualmente equivalen al 20 por ciento de la capacidad total.
Por tanto, Alemania se prepara para adoptar una serie de medidas de emergencia capaces de garantizar al país suficientes reservas energéticas: el aplazamiento del desmantelamiento de los reactores nucleares puede ser una de ellas. Además, parece que los alemanes están todos a favor de la hipótesis: según una encuesta realizada por el instituto alemán INSA la semana pasada, los alemanes estarían en torno al 70%.
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