Desafortunadamente, el alcoholismo ha sido un problema social importante durante años. Superar la enfermedad es extremadamente difícil, pero los científicos británicos esperan que un nuevo enfoque de tratamiento pueda ayudar. Según ellos, administrar ketamina en combinación con terapia psicológica puede ayudar a los alcohólicos a permanecer sobrios por más tiempo. Estudios previos han demostrado que la terapia es segura y bien tolerada por los bebedores. Además, la mayoría de los participantes en la fase anterior del estudio permanecieron sobrios durante el período de seguimiento de seis meses.
El alcoholismo es un trastorno grave y no debe tomarse a la ligera. Las personas que luchan contra la enfermedad a menudo sienten que no pueden funcionar normalmente sin alcohol. Esto puede generar muchos problemas y afectar el trabajo, los asuntos personales, las relaciones con los seres queridos y la salud en general.
A veces, las señales de advertencia del abuso del alcohol son notables. Otras veces, pueden aparecer después de un período de tiempo más largo. Cuando la adicción al alcohol se detecta en sus primeras etapas, las posibilidades de una recuperación exitosa aumentan significativamente. Los signos comunes del alcoholismo incluyen: incapacidad para controlar el consumo de alcohol, ansias de alcohol cuando no se está bebiendo, anteponer el alcohol a las responsabilidades, necesidad de beber más todo el tiempo, gastar cantidades significativas de dinero en alcohol.
Datos de la Organización Mundial de la Salud de hace unos años indican que cerca de 300 millones de personas en todo el mundo son adictas al alcohol. En su mayoría son hombres. Hay aproximadamente 600-800 mil personas en Polonia. Sin embargo, hay muchas más personas que abusan del alcohol. Según datos del Ministerio de Salud, llega al 12 por ciento. Polos.
Los científicos ven la escala del problema y están buscando una solución. En Gran Bretaña, hace unos años, se empezó a investigar para combinar la terapia psicológica con la administración de ketamina a los adictos (más sobre el tema en el texto: La ketamina puede reducir el deseo de recurrir al alcohol). La ketamina se utiliza en medicina como anestésico y analgésico. En dosis bajas, también se ha mostrado prometedor en el tratamiento de la depresión. Debido a sus propiedades psicodélicas, también se considera una droga recreativa y está prohibida en muchos países excepto para uso médico. Animados por los buenos resultados de la fase anterior de investigación, los científicos iniciaron nuevas pruebas.
Supuestos del estudio planificado
Los investigadores decidieron probar si la ketamina realmente podría ser útil en el tratamiento del alcoholismo. Se sugiere que la ketamina está destinada a brindar apoyo farmacológico adicional para la terapia psicológica concurrente. En pruebas anteriores, se obtuvieron resultados que sugerían que las personas que recibieron ketamina eran más capaces de persistir en la abstinencia durante los siguientes 6 meses que las que recibieron solo un placebo. La tercera fase final de estos estudios, que ha comenzado, es proporcionar una respuesta definitiva sobre si la ketamina es efectiva en este contexto.
Una vez que se complete el estudio, todos los participantes serán monitoreados durante los próximos 6 meses, y si han reanudado el consumo de alcohol y en qué cantidades se determinará a través de alcoholímetros autoinformados instalados en teléfonos inteligentes y otros dispositivos que usan los pacientes. Además, los investigadores destacan que es importante entender al máximo los mecanismos de la terapia, para que sea más fácil determinar, por ejemplo, qué pacientes pueden responder mejor a ella y mejorar los propios métodos terapéuticos.
El uso de la ketamina
El estudio de Fase 3 antes mencionado se llevará a cabo en siete instalaciones. En ellas participarán unas 280 personas, cuyo grado de dependencia al alcohol es significativo. El tratamiento de estas personas es el más difícil, e incluso después del tratamiento, a veces se producen recaídas.
Los participantes se dividirán en dos grupos. La mitad de los pacientes recibirán tres dosis muy bajas de ketamina (0,01 mg/kg) cada una durante uno o dos meses. Los científicos no esperan que tenga ningún valor terapéutico, pero creen que dificultará que los pacientes sepan a qué grupo pertenecen. Al mismo tiempo, este grupo participará en clases dedicadas a las técnicas de relajación y los efectos nocivos del alcohol en el cuerpo humano.
Las dosis de ketamina administradas al segundo grupo serán mucho más fuertes. Serán de 0,8 mg/kg. ¿Por qué tan fuerte? Bueno, se ha señalado en estudios anteriores que tales dosis de ketamina pueden hacer que las personas experimenten externalización (la sensación de percibir la realidad fuera de su propio cuerpo). Los científicos quieren intentar usar este efecto para hacer que los adictos vean sus problemas con el alcohol desde una perspectiva completamente nueva. Sin embargo, la ketamina en sí misma puede ser útil aquí de una manera completamente diferente, es decir, estimulando la formación de nuevas sinapsis en el cerebro, un efecto que puede durar hasta 24 horas. El objetivo del estudio será determinar las diferencias en la escala de abstinencia a los seis meses.
Fuente: Universidad de Exeter, The Guardian, foto: Pixabay